Es habitual darse cuenta en consulta que fantaseamos constantemente con una idea de cómo nos van a tratar los demás. Cuando uno se compromete con el proceso terapéutico, cuando uno se deja acompañar en algún momento de su vida por un psicólogo o asiste a un taller de Mindfulness, se da cuenta, con el tiempo, que vive constantemente inmerso en juegos mentales inconscientes.
Cuando nos dejamos controlar por esos juegos, por esos mitos sobre nosotros mismos o sobre los demás, nos mantenemos encerrados. Del mismo modo, cuando una cultura está formada por historias de “el otro es malo”, o cuando una cultura está formada por valorar la adquisición y el consumo que destruye la Tierra, estamos encerrados. En otras palabras, estamos en una especie de parar el desarrollo de la conciencia.
Lo que hace que una historia sea una prisión es que normalmente no somos conscientes de ello. Joseph Campbell describe un círculo de conciencia y una línea que lo atraviesa; y todo lo que está por debajo de la línea está fuera de nuestra conciencia, y lo que está por encima de la línea es aquello de lo que somos conscientes.
La atención plena, la metacognición o el testimonio –o como queramos llamarlo- que se desarrolla durante las sesiones de psicoterapia o durante un curso de Mindfulness, ayuda a mover la línea para que haya más conciencia. Cuando no somos conscientes de las historias que nos contamos, estas nos manejan totalmente y estamos aprisionados.
Es más fácil ver, a nivel colectivo, las historias que una vez nos creímos, que ver las historias actuales; porque muchas están fuera de nuestra conciencia.
En el siglo XIX, la mayor parte de la cultura dominante en los en el mundo pensaba que los africanos eran inferiores y que era parte del orden natural que secuestráramos y esclavizáramos a estas personas, y que tuviéramos dominio sobre ellas. En la actualidad hay una gran cantidad de prejuicios invisibles que continúan la violencia y la opresión. Pero esta dimensión particular, el derecho de las culturas dominantes, ya no se mantiene (tanto) para la mayoría.
Ahora, en contraste, tenemos una creencia actual, por ejemplo, sobre nuestra relación con otros animales. La mayoría de la gente cree que los humanos somos especiales, superiores y más importantes para el mundo, y que por eso tenemos el derecho a esclavizar y abusar cruelmente a los animales para nuestros fines, ya sea mediante la investigación o con la agricultura industrial. Este es un mito que la mayoría de la gente piensa.
Es un mito que nos permite participar de comer animales, muchos de los cuales han pasado toda su acortada vida en un compartimento apenas más grande que su cuerpo, e inyectados con hormonas para acelerar su crecimiento. Si viviéramos en otro planeta y viéramos a unos superseres esclavizando y tratando a los humanos de esa manera, nos daría horror ver eso. Sería algo así como “El planeta de los simios”. Pero aquí estamos. Y esa es una historia que la mayoría de la gente simplemente asume que es así, que todo es por el orden natural, que los humanos tienen derecho a hacer daño a otras criaturas.
Nuestra dirección evolutiva es hacia el despertar de las historias, de los mitos que crean separación, y avanzar hacia un futuro con menos violencia y más empatía.
Hay muchos psicólogos evolutivos que opinan lo mismo; pero aquí lo expongo como mi creencia esperanzadora, un sentido más amplio de lo que somos.
Muchas de las personas que acuden a nuestra consulta de El Prat de Llobregat para ser acompañados por un psicólogo, un Terapeuta Gestalt o un Profesor de Mindfulness, vienen porque han sentido en su propia vida que, profundizando la atención -con la atención plena, con la autocompasión, con la compasión hacia los demás-, sienten realmente una calidad de corazón más inclusiva.
Mi vivencia, tanto recibiendo terapia o meditando, o cuando he acompañado a mis alumnos en los cursos de Mindfulness, es que eso es posible, y eso puede continuar y crecer en nuestra sociedad. Y lo que estamos explorando en este momento es: Cómo facilitar eso iluminando realmente los mitos que nos mantienen pequeños en nuestra vida individual, y como sociedad -porque tenemos la responsabilidad de hacer ambas cosas.
Aleix Boronat Monfort
Director y fundador de l’Espiral. Terapeuta Gestalt, Formador y Mentor en Mindfulness y Miembro adherente de la AETG. Formación en Psicoterapia Integrativa (programa SAT). Formado en técnicas psico-corporales (Yoga, Shiatsu y Movimiento, Bioenergética y Movimiento Auténtico).