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Ampliar la consciencia para brillar con luz propia

Las historias personales convincentes que realmente crean sufrimiento están impulsadas por el miedo a la supervivencia.

Están formadas por las normas y los valores de nuestra cultura, y se transmiten a través de nuestros padres.

Luego interactúan en nuestra vida y experiencia personal para endurecerse. Ese es el camino que estas siguen. Y nos dicen lo que está mal o lo que va a ir mal, qué esperar, cómo comportarse, cómo encontrar seguridad, cómo hacer que las cosas funcionen con otras personas.

Una vez, en un curso de Mindfulness, escuché una historia sobre una mujer que guardaba una caja de zapatos. Su marido nunca se había atrevido a abrirla. Sesenta años después, ella le pidió que abriera la caja y el marido no pudo con sus emociones. Llevaban sesenta años casados y eran una pareja realmente abierta y lo compartían todo, no tenían ningún secreto excepto la caja de zapatos. Ella le había dicho: “No la abras o no preguntes por ella”. Así que él nunca lo hizo. No pensó en ello durante sesenta años. Hasta el día en que su esposa se puso muy enferma y el médico dijo que no sobreviviría. Así que, mientras intentaban arreglar sus asuntos, el marido llevó la caja de zapatos a la cabecera de su mujer, y ella aceptó que era hora de ver lo que había dentro.

Los ojos del hombre se abrieron de par en par al descubrir noventa y cinco mil euros y dos muñecos de ganchillo en la caja. “Cuando nos casamos”, explicó la anciana, “mi abuela me dijo que el secreto de un matrimonio feliz era no discutir nunca”. Y aquí vemos el mensaje de la cultura, del mito familiar. “Me dijo que, si alguna vez me enfadaba contigo, me callara y tejiera una muñeca”. El marido estaba profundamente conmovido. Dos muñecas significaban que solo se había enfadado con él dos veces en sesenta años. “Cariño”, dijo él, abrumado por la emoción, “eso explica lo de la muñeca. ¿Pero qué hay de todo el dinero? ¿De dónde ha salido?” “Oh, eso”, dijo la esposa, “es el dinero que gané con la venta de las muñecas”.

Ampliar consciencia

Nuestros comportamientos están moldeados por los mensajes de nuestra cultura, por los mitos e historias familiares.

Bromas aparte, en nuestra consulta de El Prat de Llobregat, pero también en los cursos y terapias que realizan nuestros psicólogos y Terapeutas Gestalt Online, vemos constantemente que nuestros comportamientos están muy moldeados por los mensajes de nuestra cultura, por los mitos e historias familiares.

Al practicar Mindfulness o al desarrollar un testigo interior mediante la psicoterapia Gestalt, Iluminamos las historias para que salgan a la luz.

¿Pero, cómo lo hacemos? Una forma es empezar a mirar a quienes nos cuidaron. Hacer esto nos da un poco de distancia y se puede descubrir mucho sobre tus historias si miras las historias de quienes te cuidaron. Preguntémonos: ¿Cuáles eran sus historias basadas en el miedo? ¿Cuál era su relación con el mundo? ¿Se sentían “víctimas”? ¿Cómo veían la jerarquía? ¿Quién se sentía mejor que ellos? ¿Con quién se sentían peor? ¿Qué tipo de personas creían que eran “buenas” o “malas”? Y lo más interesante: ¿Cómo te consideraban a ti? Porque interiorizamos en buena medida el cómo nos ven nuestros padres.

Otra historia que leí fue la de una familia que estaba saliendo a cenar, padres e hija pequeña. Los padres pidieron su comida cuando la camarera se acercó, y entonces la niña dijo: “Quiero un Frankfurt con patatas fritas y una Coca-Cola”. El padre dijo: “Oh, no; no, no, no. Ella quiere macarrones, patatas fritas y agua”. La camarera miró a la niña y le dijo: “¿Y qué es lo que quieres en tu Frankfurt, cariño?”. Los padres se quedaron helados, y luego se rieron. Entonces la niña miró a sus padres y dijo: “¿Veis?… ¡Ella cree que existo!”.

Una de las formas en las que empezamos a sentir nuestras historias es cuando nos preguntamos: ¿Cuánto nos escucharon realmente nuestros padres? ¿Valoraron lo que dijimos? ¿Sentimos que nos vieron? Porque un mito con el que vamos por el mundo puede ser “la gente no me entiende” o “soy invisible para los demás”. Esto es solo un ejemplo. En lugar de que yo te dé ejemplos, puedes reflexionar un poco sobre ello. Esto, por supuesto, lleva tiempo, así que hazlo por tu cuenta si llega a interesarte o bien llámanos y con gusto te atenderemos.

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