Estamos completamente desprevenidos de lo que pasará

Una mujer que asistió a uno de nuestros talleres de Mindfulness en El Prat de Llobregat, compartió un sueño que se le repetía desde hacía muchos años.

En el sueño estaba en el instituto y tenía que hacer unos exámenes finales. Ella iba camino de esos exámenes, pero de la asignatura de la que me iba a examinar no tenía ni idea. No había estudiado, no estaba familiarizada con ella; y, además, estaba perdida. En el sueño que relataba al psicólogo o Terapeuta Gestalt experto en Mindfulness que impartía el taller, estaba intentando encontrar el camino a una habitación y no sabía dónde estaba. Era en un edificio grande y el edificio era su instituto. Entonces se despertaba y sentía la necesidad de asegurarse de que había aprobado el instituto, el COU en esa época.

Quizá tú, que estás leyendo este artículo, te suene. Parece ser que este sueño es increíblemente común. Mucha, mucha gente relata más o menos este sueño exacto. Están en el instituto, tienen que hacer un examen, no conocen la materia y a menudo también están perdidos.

Parece como si el sueño enseñara una lección: “Esta vida es una prueba. Es sólo una prueba. Si hubiera sido una vida real, habrías recibido más instrucciones sobre dónde ir y qué hacer”.

Esto es real y tú estás completamente desprevenido

Hay una descripción de la ansiedad, de este tipo de ansiedad existencial, que es la de no ser capaz de manejar lo que está por llegar, el rabino Alan Lew, que fue el líder espiritual de la Congregación Beth Sholom de San Francisco tiene un libro titulado “Esto es real y tú estás completamente desprevenido.”

La frase “completamente desprevenido” puede tocar una fibra sensible profunda porque nombra algo que es una universal en la psique humana y que no estamos a menudo en contacto con ella.

Hay un trasfondo de “esta vida está totalmente fuera de control, cualquier cosa puede suceder”. Sabemos que estos cuerpos se van a ir. Sabemos que vamos a perder seres queridos. Somos imperfectos, cometeremos errores. Cualquier cosa puede pasar.

En el libro Lew escribe: “Si miramos nuestras vidas honestamente, los acontecimientos que realmente nos dan forma, que nos hacen lo que somos, son los acontecimientos para los que no nos preparamos o no podíamos prepararnos... como una enfermedad grave, la pérdida de un ser querido, el fracaso de una relación, la pérdida de un hijo. O de repente aparece un hijo por sorpresa, o nos enamoramos”. Hay todo tipo de cosas… pero no estábamos preparados para ellas; y son las que dan forma a nuestra vida”.

Soñar examen y no saber nada

También dice que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo preparándonos como locos – nos preparamos para nuestra vida profesional, intentamos preparar nuestro cuerpo para tener más salud, o para superarnos – y, dice, es como si viviéramos la vida con una especie de línea Maginot, la línea de defensa que los franceses construyeron para protegerse de los alemanes, y éstos acabaron viniendo desde una dirección completamente distinta.

Tal y como descubren los que acuden a nuestro centro de psicoterapia para ser atendidos por psicólogos El Prat o para participar en nuestros talleres de Mindfulness: Nuestra vida es así. Viene hacia nosotros desde una dirección diferente a la que pensamos que va a venir. Elude todas nuestras defensas y nos deja sintiéndonos muy poco preparados.

Esto crea un poco de marco para nuestra exploración sobre la ansiedad: prevemos que algo va a salir mal; intentamos prepararnos; realmente no podemos controlarlo -realmente no podemos- y el principal dominio que nos angustia a la mayoría de nosotros es nuestro propio fracaso personal.

Existe la sensación de que somos insuficientes

Tememos quedarnos cortos. Existe la sensación de que somos insuficientes. Estadísticamente, el noventa y cuatro por ciento de las personas tienen pensamientos no deseados; y la mayoría de esos pensamientos tienen que ver, de alguna manera, con nuestras propias dudas sobre nosotros mismos.

Aquí hay unos pequeños datos sobre lo que provoca la ansiedad: Las personas con trastornos de ansiedad tienden a etiquetar los olores neutros como “malos”, porque el miedo se mezcla en el sistema olfativo. Nuestro estado de ánimo primario del miedo es “algo va mal” y así -y el olfato es una de las principales formas que tenemos de percibir “¿algo va a hacerme daño?” – así que se fusiona y las cosas no huelen tan bien.

Otro dato es que las personas con ansiedad notan más rápidamente los cambios de expresión en la cara de los demás, y también los malinterpretan más rápidamente: piensan demasiado en lo que está pasando y llegan a conclusiones basadas en el miedo, que no son precisas.

Estos son sólo algunos ejemplos. Pero la conclusión es: Cuando estamos presos de la ansiedad, nuestras percepciones -incluida nuestra percepción más básica de “quién soy yo”- se encogen, se limitan y se distorsionan. Así que, para poder despertar de la ansiedad, tenemos que traer más conciencia, hacer brillar la luz de la conciencia sobre el inconsciente, en cierto modo.

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