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El Miedo a perderse algo

En el artículo anterior hablábamos del miedo al fracaso. Pero también hay otro que vale la pena mencionar, que toma la forma de aferrarse; y es el miedo a perderse algo. El conocido como FOMO en inglés (Fear of Missing Out). Un miedo que se puede explorar mediante el Mindfulness o la psicoterapia cuando nos acompaña un psicólogo o terapeuta Gestalt experto en Mindfulness.

Todos queremos vivir plenamente y tenemos miedo a perdernos algo. Este miedo adopta muchas formas diferentes. Puede ser miedo de que vamos a perder una oportunidad de tener más éxito, o de perder una aventura que podría ser realmente divertida, o de perder la oportunidad de tener un hijo, o de perder la oportunidad de tener un romance de verdad, o de perder la oportunidad de hacer una inversión que realmente marcará la diferencia en nuestra vida. Sea lo que sea, tenemos la sensación de que vamos a perdernos una gratificación que podría estar ahí, y el FOMO nos impulsa a aferrarnos, a competir y a intentar que las cosas sucedan más rápido, antes y mejor.

En lugar de ponernos en contacto con esa ansiedad que hay en nosotros y que quiere asegurarse de que no perdemos una oportunidad, nos aferramos a la gratificación perdida, y se convierte en un hábito.

Se convierte en un hábito pensar que siempre falta algo y que siempre hay algo más que conseguir.

Hay un pequeño chiste sobre una mujer que fue a ver a una adivina. Quería encontrar una manera de contactar con su marido, que había fallecido recientemente, y estaba completamente centrada en conseguir contactar con él. Finalmente, después de algunos conjuros, la adivina dice: «Vale, ¡tengo a su querido difunto marido! Él… ¡no puede creer que hayas pagado sesenta euros por esto!». Eso fue todo lo que recibió. El FOMO la llevó a no tener mucha gratificación. Y esta es realmente la enseñanza del “chiste”.

Lo que descubren los pacientes que acuden a terapia y son acompañados por un psicólogo El Prat de Llobregat, es que cuando estamos enganchados al FOMO -a ese miedo a perdernos algo- nunca llegamos. Siempre estamos en camino.

Hoy en día, el mayor generador de FOMO que existe, es internet. Internet, o las Redes Sociales, siempre nos están atrayendo con nueva información, con más posibilidades de conexión humana, de acuerdos financieros, de productos, de todo. Hay tantas cosas -y están tan bien diseñadas para seguir captando tu atención- que siempre tenemos la sensación de que hay algo ahí fuera que no tenemos, que querríamos… «si tan sólo».

Sindrome FOMO
Sindrome FOMO según una IA

Si nos paramos un momento y practicamos una Atención Plena podremos ver que, en ese mundo de internet, de las redes sociales, la mayoría de las veces estamos enganchados a algo. Sólo genera ansiedad y aferramiento. Estamos en el trance de FOMO. Y ahí hay sufrimiento; y el sufrimiento está en torno a «nunca es suficiente», está en torno a esa sensación de que falta algo.

Los practicantes de alguno de nuestros talleres de Mindfulness, o los que practican la Disciplina de Movimiento Auténtico, los que practican meditación, desarrollan una estrategia para reconocer el trance y empezar a desenredarse.

Así que estamos hablando de traer, como decía Joseph Campell, por encima de la línea, con presencia, aquello de lo que nos hemos estado alejando con nuestros pensamientos, alejándonos con nuestros comportamientos; y en eso: descubrir, realmente, un sentido más amplio de quiénes somos.

Cuando no estamos enganchados al miedo del trance, somos realmente libres para vivir desde nuestra creatividad natural y generosidad, inteligencia. Así que la pregunta es: ¿Cómo, cuando empezamos a ver el trance, podemos crear un poco más de libertad?

Las dos alas de la conciencia: reconocer lo que está ocurriendo en el momento y permitirlo

Esto es lo que llamamos, de nuevo, las dos alas de la conciencia: reconocer lo que está ocurriendo en el momento y permitirlo.

Si puedes empezar a recibir las señales de «¡Oh, vale, esto es un trance! Ahora estoy en trance, estoy teniendo todos esos pensamientos sobre lo que está mal en mí» o «Estoy teniendo ese querer que las cosas sean diferentes». En trance, puedes sentir cómo tu cuerpo se tensa, puedes sentir cómo te aceleras, puedes sentir la ansiedad… haz una pausa… sólo nombra un poco, sólo nota lo que está pasando… y déjalo ser. Crea un espacio para que suceda.

Lo que sucede en esos momentos es que te vuelves por encima de la línea. Hay más de ti descansando en la conciencia, menos de ti siendo controlado en el mundo del miedo. Este es el cambio que Buda describió como el cambio del despertar: en lugar de estar identificado y por debajo de la línea, estás descansando en una conciencia que se da cuenta de lo que está pasando. Tu identidad es más abierta y libre.

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