Contacto | Pedir cita

Reconocer las señales de vivir desconectado: Acelerar, juzgar…

Los pensamientos son útiles; y aunque los pensamientos no son un buen amo, si son un buen sirviente. Pero cuando no somos conscientes de ellos se apoderan de todo. Cuando no tomamos consciencia de nuestros pensamientos es como si estuviéramos en el cine, y nos pasamos las 24 horas del día soñando dormidos o soñando despiertos.

Realizar un proceso de psicoterapia acompañado de un psicólogo o Terapeuta Gestalt, es emprender un camino hacia la vuelta a casa. Reconectarse con uno mismo.

Asistir a terapia o realizar un curso de Mindfulness, o practicar una Disciplina meditativa como lo es el Movimiento Auténtico, es el camino de ir reconociendo el trance: «Oh, vale; me he ido».

Esto es parte de nuestra condición, el entrar en trance, y también es parte de nuestra capacidad el tomar consciencia mediante el acompañamiento de un psicólogo o profesor de mindfulness, el notarlo, y decir: «Oh, vale, me he ido».

¿Puedes darte un momento para reflexionar y ver cuánto en tu día a día te has dado cuenta de esto, de que te has atrapado a ti mismo, cuando te has ido, y has sido capaz de volver?

Nos vamos; nos vamos en este tipo de viajes en tren a un mundo virtual, y entonces decimos, «¡oh!» – y nos bajamos del tren. Y puedes hacerlo en medio segundo: «Oh, aquí mismo bajo».  A veces, si uno tiene una práctica dedicada, puede darse cuenta solo. Otras, es el terapeuta o psicólogo, actuando como el Testigo que se desarrolla tan profundamente en la Disciplina de Movimiento Auténtico, el que puede ayudar al practicante o paciente a darse cuenta de ello.

El primer paso es notar que nos hemos disociado. Y existe la posibilidad de que ese «darse cuenta» puede ser más rápido, más limpio y más regular, para todos nosotros. Está esa posibilidad. Cada uno de nosotros puede fortalecer esa capacidad de reconocer. Se puede hacer con un acompañamiento individual en Mindfulness o en los grupos, así como en la práctica disciplinada del Movimiento Auténtico.

La práctica de la Atención Plena consiste en notar: «Oh, he estado en trance» y no juzgarlo.

Si juzgas el estar en trance, profundizas el trance. Intenta no añadir esa «segunda flecha», como la llaman.

Porque cada vez que sientes, y dices: «Oh, estoy de nuevo en trance», realmente tienes la capacidad de llegar justo aquí, y realmente estás fortaleciendo un músculo del recuerdo. Eso es un regalo para ti.

El primer paso es reconocer estas las señales del trance. Y en nuestra forma externa de movernos por el mundo y nuestros pensamientos, hay unos cuantos factores, y ellos te van a resultar muy familiares, ya que todos somos maestros de entrar en trance.

Uno de ellos es el exceso de velocidad.

Vivir Desconectado

Nos estamos moviendo muy rápido, tratando de llegar a algún lugar, y el trasfondo de cada una de estas señales del trance es que hay una creencia limitante que está operando.

Una creencia limitante, por ejemplo, es: «No tengo suficiente tiempo; necesito hacer más«.

¿Puedes identificarte con esto? Es una de las grandes pandemias de nuestros días.

Cuando vamos la mitad de rápido, nos damos cuenta del doble. Y esto sucede porque el trance es un fragmento contraído y distorsionado de la realidad.

Notamos mucho más cuando vamos más despacio. Así que una de las señales grandes para reconocer el trance es cuando vas a toda velocidad.

Otra señal es el juicio; cuando la mente juzga: «Estás equivocado» o «Estoy equivocado». Ese hábito que todos y todas tenemos. Bajo ese juicio está la creencia de que las cosas deberían ser diferentes. Sentimos que algo está mal, y pensamos que las cosas deberían ser diferentes. Luego hay otro tipo de trance, que es aquel en el que estamos obsesionados; nos preocupamos, y planeamos, y hacemos estrategias porque, de nuevo, hay una sensación de que, a la vuelta de la esquina, hay algo mal, y que tenemos que hacer algo.

Este es el trance egoico de que tengo que seguir controlando las cosas para hacerlas bien.

Sólo date cuenta; sólo obsérvate a ti mismo a lo largo del día. Seguramente observarás que la mayoría de las veces hay una sensación: «Hay un problema y tengo que resolverlo». A veces, en sesiones individuales de psicoterapia, ya sean on-line o bien en nuestro centro de El Prat de Llobregat, podemos plantear a nuestros pacientes o alumnos: «¿Quién serias tú si no hubiera un problema que resolver?«.

Acelerar, juzgar, obsesionarse, preocuparse, planificar, elaborar estrategias; estas son señales claras de estar en trance, y la última: estamos en trance cuando nos distraemos y adormecemos.

Cuando estamos enganchados a Internet, navegando, o comiendo en exceso; y todos sabemos que esto es estar en trance, desconectado de nuestro ser. Esto no es un secreto para nadie. Entendemos que en esos momentos en los que vamos a toda velocidad, cuando juzgamos, cuando nos perdemos en nuestras preocupaciones o nos distraemos, no estamos aquí.

Artículos recientes

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad