Cuando no estamos aquí, no somos capaces de acceder a nuestro corazón y a nuestra sabiduría más profunda.
Hace unos años, en un taller de Mindfulness que impartimos en nuestro centre de El Prat de Llobregat, una mujer me hablaba de una nueva relación en la que se encontraba.
Estaba obsesionaba con esta relación, porque su preocupación era: «He cometido tantos errores en relaciones anteriores, ¿cómo sé en qué confiar? ¿Cómo sé cómo confiar en mi propia perspectiva de si esta es la persona correcta, o si estamos yendo por el camino correcto?” Y así sucesivamente.
Cuando investigó, lo que quedó claro fue que esta vez, como en el pasado, estaba tan ocupada tratando de entender las cosas, e inventando historias sobre lo que podría salir mal o cómo debería actuar, cómo debería responder esta persona y qué significaría si no respondiera, etc., que no estaba realmente en contacto con su cuerpo y con su corazón. No estaba encarnada, que es realmente la única forma en que podemos tener sabiduría.
Empezamos una práctica de atención consciente orientada al cuerpo. Entró en contacto su cuerpo y dijo: «Hay mucha ansiedad». La invitamos a sostener esa sensación, solo quedarse con ella. Y cuando empezó a quedarse con su cuerpo, no sólo encontró ansiedad, sino excitación; y no sólo excitación, sino una especie de dinamismo, de vitalidad creativa… en resumen, un espacio en el que estaba ocurriendo todo esto.
Entonces fue capaz de empezar a hablar con su pareja y logró comunicarse de una manera totalmente nueva, de una manera que realmente les dio la intimidad, de saber que ella estaba preocupada de sentir que no estaba allí.
Cuando estamos en un trance de pensamiento, nos perdemos la realidad. No podemos descubrirla. Para la conexión empática -y la ciencia lo está demostrando- tienes que estar encarnado, en contacto con tu cuerpo, ser cuerpo, para tener las neuronas espejo activadas de forma que te permitan sintonizar con el otro. No podemos simplemente sintonizarlas.
Una práctica de Movimiento Auténtico, de Yoga Sensible al Trauma o de Atención Plena Encarnada nos permite Ser Cuerpo.
El paciente o alumno de Mindfulness que es acompañado por un psicólogo el Prat de Llobregat con experiencia, como los que trabajamos en L’Espiral de El Prat, puede llegar, mediante un acompañamiento pausado y paciente, a darse cuenta que fue en la relación donde hubo una herida.
Es en la relación dónde se produjo el corte del sentido de pertenencia.
Y esto es porque a menudo éramos jóvenes, o era demasiado lo que nos sucedía como para poder sostenerlo conscientemente.
Así que para muchas, muchas personas, debido a la negligencia, o al abuso, o a la falta de sintonía -y todo esto es una cuestión de grado-, en los inicios de nuestra vida, hubo una sensación de sentimiento de miedo, vergüenza, confusión o lo que sea que, de alguna manera, nos hizo decir: «esto es demasiado, tengo que irme». Y muchos, muchos de nosotros tenemos, en cierto grado, el hábito de estar realmente incómodos y traumatizados por sentir lo que hay aquí. Así que nos vamos, nos desconectamos, nos alienamos de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
Nos disociamos porque hay dolor, porque hay intensidad, y como no nos es familiar; no nos sentimos con el control.
Si no estamos en contacto con nuestro cuerpo no podemos sentir que somos quienes somos, el yo-ego que está manejando las cosas.
Abandonamos el cuerpo y, sin embargo, cuando lo dejamos estamos en trance, desconectados de nosotros mismos. Hay una vida no vivida, y no somos capaces de acceder a nuestro corazón y a nuestra conciencia.
Hay una especie de fórmula que dice que el dolor por la resistencia -o sea, el abandono- es igual al sufrimiento.
Aleix Boronat Monfort
Director y fundador de l’Espiral. Terapeuta Gestalt, Mentor en Mindfulness y Miembro adherente de la AETG. Formación en Psicoterapia Integrativa (programa SAT). Formado en técnicas psico-corporales (Yoga, Shiatsu y Movimiento, Bioenergética y Movimiento Auténtico).
