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¿Qué relación hay entre la ansiedad y la excitación emocional?

Para quién ha vivido un ataque de pánico, la ansiedad es un monstruo que hay que eliminar y enterrar en el abismo más profundo del océano. Para quien vive con ansiedad todo el día, la ansiedad se puede asemejar a un enjambre de mosquitos que no deja de perseguirnos en una odiosa y calurosa tarde de pleno agosto.

Pero desde el punto de vista de la psicología humanista, la corriente psicoterapéutica que seguimos los psicólogos y terapeutas Gestalt de l’Espiral, la ansiedad es un fenómeno psico-físico-emocional que se da en la interacción, esto es, algo que sucede cuando entramos en relación. 

Esta relación puede ser entre nosotros y el otro (yo y mi pareja, yo y mi trabajo, yo y un examen, etc.) o la relación entre diferentes partes de nosotros mismos (mis ganas de salir de fiesta y mi dolor de estómago, mi sensación de debilidad y mi orgullo, mi parte pacificadora y mi parte enfadada, etc.)

En nuestra consulta de El Prat de Llobregat, durante la exploración de la ansiedad, nos ocupamos de observar este contacto que se produce entre las partes que interactúan y cómo psicoterapeutas, tratamos de acompañar al paciente para que recupere una cierta flexibilidad y espontaneidad en sus relaciones intra e interpersonales para encontrar maneras creativas de gestionar su vida.

Estar en el mundo consiste en encontrar maneras, momento a momento, de relacionarse con uno mismo y con los demás, y la excitación y el crecimiento son factores claves a la hora de poder gestionar esta relación de manera armoniosa y sana a lo largo de nuestra existencia.

Todos tenemos necesidades que necesitan ser satisfechas

Como organismos vivos tenemos necesidades: de alimentación, de descanso, de seguridad física, de salud, de propiedad, de amistad, de respeto, etc. Cuando sentimos que algo nos falta, que necesitamos cubrir alguna necesidad para sentirnos satisfechos, nuestro organismo se excita, esto es, activa cierta energía y se moviliza en la búsqueda de lo que cubrirá su necesidad. Sea buscar un trozo de pan si se tiene hambre, decirle a alguien que le ama si así lo siente, llorar si ha tenido una pérdida o huir si hay algún peligro que amenaza su existencia.

Así pues, será la excitación, acompañada de la conciencia de lo que se necesita, lo que hará que la persona se movilice para recuperar el bienestar. Sin la conciencia, será difícil identificar qué es lo que nos está pasando y qué es lo que puede ayudarnos a recuperar un cierto grado de equilibrio, armonía y paz interior.

Ansiedad Exitación

¿Cómo influye el desarrollo humano en la gestión de la ansiedad del futuro adulto?

Debido al desarrollo físico, emocional y psicológico, las necesidades, y el modo de gestionarlas, a lo largo de nuestra vida irán cambiando. Crecer implicará que no necesitamos lo mismo ni necesitamos movilizarnos igual cuando tenemos 4 años que cuando tenemos 30.

Si una persona a los 4 años cogía una rabieta para conseguir que los padres le permitieran jugar un poco más antes de ir a dormir, cubriendo, tal vez, una necesidad de movimiento o de recreo, ahora, con 30 años, podrá satisfacer estas necesidades sin tener que tirarse al suelo y hacer una pataleta para conseguirlo. 

Si su crecimiento ha sido óptimo y a lo largo de su vida ha podido ir desarrollando maneras cada vez más maduras de cuidar y satisfacer sus necesidades, podrá expresar asertivamente a su pareja que se espere unos minutos porque ahora tiene ganas de jugar un rato antes de ponerse a hacer la cena.

Si por una actuación negligente en el cuidado y el acompañamiento al desarrollo de este niño, éste no ha podido desarrollar a lo largo de su vida una serie de recursos que le permitan ir satisfaciendo sus necesidades a medida que aparecen, se encontrará en la edad adulta con ciertas dificultades a la hora de relacionarse con el mundo y con sus partes en conflicto.

La sensación interna de incapacidad que esta falta de recursos le producirá a la hora de poder gestionar lo que le pasa, hará que la persona que se pone ansiosa quiera frenar ciertas sensaciones, necesidades, deseos, voluntades, cuando éstas aparecen

Se verá incapacitada para gestionarlo y puede llegar a sentir que, si deja que esta excitación se manifieste completamente, su integridad física, emocional o psicológica puede correr peligro. Frenará la excitación que comienza a movilizarse para satisfacer esta necesidad al verse con recursos insuficientes para llevarlo a buen puerto.

Así pues, la ansiedad aparece cuando la excitación es frenada. Cuando necesitamos satisfacer alguna necesidad y, por la razón que sea, no se permite que esta energía continúe el camino que la llevaría a satisfacerla.

En el caso anterior, si el niño de 4 años que a los 30 se encontrará sentado en el sofá de su casa queriendo jugar una partida en la consola, no ha aprendido a gestionar de una manera más adulta su rabia, podrá encontrarse con la necesidad de reprimir su enfado cuando su pareja le pida que deje de jugar para ir a hacer la cena.

Si el jugador no pudiera decirle de una manera asertiva a su pareja que necesita jugar para relajarse después de un día intenso en el trabajo y sintiera que la única manera que tendría para hacerlo es haciendo una pataleta, podría sentir la necesidad de retener la energía movilizada. 

Por ejemplo porque el jugador tiene la creencia de que su pareja no la aceptará si se comporta como un niño de 4 años, o porque tiene miedo de la reacción de la pareja o de la suya propia y no sabría cómo gestionarlo, o porque su pareja realmente no le permite jugar un rato más y él no sabe cómo contradecirla más allá de una reacción que considera infantil, etc. Esta energía frenada, en este caso la rabia que le permitiría marcar un límite y conseguir continuar haciendo lo que siente que necesita, será lo que, tarde o temprano, se manifestará como ansiedad.

Flexibilizar la respuesta emocional es crucial para curar la ansiedad

La rigidez de la persona ansiosa en la gestión de sus respuestas psico-físico-emocionales, esto es; relacionarse consigo mismo y con el otro siempre del mismo modo, no encontrando nunca la manera de satisfacer su necesidad debido a una aparente falta de recursos internos que le permitieran satisfacerla, e inmovilizar la excitación que esta necesidad genera, será lo que causará la ansiedad.

El malestar físico que esta retención energética genera y que se expresa a través de lo que llamamos “ansiedad”, provocará una gran dificultad a quien la siente a la hora de poder llevar la atención a los aspectos de su existencia que no están siendo satisfechos y que, en el fondo, son los generadores de su ansiedad.

Como psicólogos y terapeutas Gestalt, ya sea en nuestra consulta en El Prat o a través de la psicoteràpia online, acompañamos al paciente a transitar este malestar para que pueda ser consciente de cuál es esa necesidad que la excitación está intentando satisfacer.

Que pueda ver cuáles son los mecanismos rigidizados que utiliza para frenar esta energía, y que pueda descubrir cómo puede generar nuevos recursos psico-físico-emocionales que le permitan recuperar el bienestar dejando atrás estos mecanismos caducos generadores de ansiedad.

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