Aunque muchas veces percibimos el apoyo como algo que viene dado, donde sentimos que lo tenemos o no lo tenemos, hay que tomar conciencia de que, entre adultos, este es un proceso cocreado continuamente. El apoyo se establece entre nosotros y el otro o, a un nivel más íntimo e intra-personal, entre las diversas voces o subpersonalidades internas.
Y es que es normal que surjan ciertos miedos a la hora de visitar un psicólogo o terapeuta Gestalt. ¿me respetará?, ¿me cuidará si estoy en horas bajas?, y si no lo hace … ¿seré capaz de cuidarme a mí mismo?, ¿aceptaré mis limitaciones?, ¿respetaré y cuidaré mis miedos?
Cuando un cliente acude a nuestra consulta de El Prat de Llobregat, percibe el apoyo externo y el autoapoyo de manera sesgada. Como ya he explicado en otros artículos , si el acompañamiento recibido durante nuestra infancia ha sido deficiente, si ha habido un abuso de las capacidades del niño, en vez de apoyo, el adulto percibirá un entorno marcado por la traición y la invalidación, peligroso, y del que hay que desconfiar, aunque, tal vez, hoy en día, no sea realmente así. La función del terapeuta, sobre todo en los inicios del proceso terapéutico, será ofrecer al paciente un marco relacional donde se pueda generar el apoyo necesario para que pueda transitar de este mundo hostil donde cree vivir, a un contexto de seguridad, certeza, confianza y validación donde poder empezar a experimentar una relación con el entorno y consigo mismo más sana.
¿Cómo se crea una relación segura en terapia?
Los dos pilares básicos para generar este apoyo son la confianza y la seguridad. Y tomar conciencia de cómo el terapeuta y el paciente pueden generar conjuntamente estos dos pilares, facilitará que quien realiza un proceso terapéutico se aventure a experimentar nuevas maneras de gestionar sus emociones, conectar con recursos internos olvidados, o afrontar situaciones inconclusas que merman su capacidad de relacionarse con el momento presente de manera sana y equilibrada.
El psicólogo gestáltico, para que la confianza y la seguridad se puedan co-crear con el paciente, necesita realizar un acompañamiento empático, donde sienta confianza en la capacidad del paciente de salir adelante y una aceptación sincera de su realidad psico-emo-relacional.
Con su presencia, el psicólogo en El Prat, ayudará al paciente a estructurar lo que está sintiendo, pensando o sintiendo en su cuerpo. Validará y normalizará, de este modo, sus experiencias como algo natural y adaptativo, así como generará un espacio seguro gracias a unos límites claros y fomentará la expresión de las inquietudes respecto a estos límites por parte del paciente.
La relación con el psicólogo gestáltico ayuda a sanar
Este marco relacional que ofrece el terapeuta Gestalt ayudará al cliente a tomar conciencia de que el terapeuta no se comporta con él como lo hicieron los abusadores o abusador del pasado, y que el acompañamiento que éste le ofrece le permite abrirse psíquica y emocionalmente al constatar que será respetado durante el, a veces difícil y doloroso, camino de crecimiento y sanación.
A lo largo de las sesiones, cuanto más tiempo lleve el cliente en terapia, podrá haber experimentado más veces la consistencia del terapeuta en sus respuestas emocionales y de sostén, habrá tenido más experiencias de validación, de apoyo, de presencia y de compromiso con su proceso, así como la constatación de que unos límites interpersonales saludables lo mantienen en un espacio seguro y protegido donde poder trabajar cada vez en capas más profundas. Acercándolo, de este modo, a un espacio de sanación y conciencia superiores.
Naturalmente, como una manera de cuidarse, el cliente testeará este marco relacional para ver si es seguro o no abrirse a experimentar más allá de su zona de confort. Para testearlo, más o menos inconscientemente, podrá adoptar actitudes provocativas, o expresará necesidades de manera sutil, o se mantendrá en una actitud de “sentarse a ver”, esperando que aparezcan señales “confiables”, o incluso podrá adoptar una actitud de confianza y entrega ciega en el terapeuta a la espera que sea un salvador de su existencia.
En el proceso de psicoterápia, es necesario que todas estas actitudes salgan a la luz de la conciencia para que el paciente pueda apropiarse de ellas como mecanismos que utiliza precisamente para buscar esa seguridad y confianza. Al hacerlos conscientes, podrá hacerse responsable de sus mecanismos defensivos y transformarlos en recursos adaptativos para cocrear día a día, conjuntamente con el terapeuta, el marco de confianza y seguridad necesario para atreverse a explorar en territorios desconocidos hasta el momento.
¿Y si no confío en la terapia?
Clarificar que el paciente testea el terapeuta ayuda a tomar conciencia de la co-creación del espacio de seguridad y confianza como un continuo relacional dónde continuamente la confianza y la desconfianza pueden tener lugar.
Que el paciente desconfíe del terapeuta en algún momento del proceso y que pueda ser consciente y darse cuenta de qué mecanismos utiliza para proteger su intimidad, le ayudará a apropiarse de estos recursos y tenerlos disponibles para su día a día fuera de la consulta.
Al aprender a gestionar el grado de intimidad y de exposición en la relación terapéutica, podrá extrapolar esta gestión de los límites a la relación que establece con el resto del mundo y proteger aquello que considere oportuno cuando sienta que las personas, que en un momento determinado estén a su lado, no respetarán su intimidad o vulnerabilidad.
Gracias a la experimentación y la conciencia de cómo gestiona la confianza y la desconfianza, el cliente tendrá la oportunidad de aprender a respetar sus procesos y necesidades. También generar el apoyo interno necesario para poder moverse por el mundo con la confianza y la seguridad que da saberse capaz de acercarse o alejarse de los otros según necesite.
La confianza, la desconfianza, la seguridad o la inseguridad se transformarán en recursos flexibles, serán los pilares de un soporte interno que, en lugar de alejarlo del mundo, le ayude a relacionarse con él de una manera más sana y nutritiva.
Aleix Boronat Monfort
Director y fundador de l’Espiral. Terapeuta Gestalt, Mentor en Mindfulness y Miembro adherente de la AETG. Formación en Psicoterapia Integrativa (programa SAT). Formado en técnicas psico-corporales (Yoga, Shiatsu y Movimiento, Bioenergética y Movimiento Auténtico).
