Contacto | Pedir cita

Ansiedad, respiración y cuerpo.

Casi lo primero que pide un paciente cuando acude a terapia por un tema de ansiedad es que se la quiten. Muchas veces se viene a terapia después de un proceso agudo ansioso. Quizá han sufrido un ataque de pánico y, ante una experiencia tan desagradable, es natural que uno quiera que “me lo quiten”. 

Cuando hablamos de la ansiedad muchas veces lo hacemos como si fuera algo ajeno a nosotros. Muchas veces, en mi consulta de El Prat de Llobregat, explico a mis pacientes que la ansiedad no es un virus que penetra en nuestro cuerpo y nos impide vivir la vida plenamente. No es “algo” que podamos “quitar”. Si que es algo que podemos apaciguar y darnos la oportunidad de aprender de esta experiencia. Desagradable, si, pero una experiencia que hemos vivido y que tiene un sentido para nuestro desarrollo psico-emocional.

Como psicólogos y terapeutas gestalt, podemos acompañar al paciente a tomar consciencia que la ansiedad no es algo que viene de fuera, sino que somos nosotros que la generamos a partir de una serie de respuestas psico-físico-emocionales que, en este artículo, intentaré explicar.

Para entender cómo nos generamos la ansiedad, empezaremos, en primer paso, explicando cómo utilizamos la respiración para, en el siguiente artículo, ver cómo percibimos nuestro cuerpo, nuestras emociones y cómo generamos ansiedad cuando éstas se movilizan.

La respiración disminuida.

La respiración interviene profundamente en cómo nosotros percibimos nuestro entorno y a nosotros mismos. No entraremos a explicar cómo lo hace aquí, lo dejamos para próximos artículos, aunque si os pica la curiosidad, podéis descargar aquí el estudio que realizó la Dra. Susana Bloch sobre cómo la respiración es el máximo responsable de nuestros estados emocionales y cómo, si esta varía, varía nuestra experiencia.

Para el caso de la ansiedad, nos interesa entender qué efecto tiene sobre nosotros el hecho de disminuir o detener la respiración.

Si haces la prueba de detener por un momento la respiración o bien respirar lo menos posible, observarás que momentáneamente la sensación general del cuerpo también disminuye. Este es un mecanismo natural que tenemos. 

Al cortar o disminuir la respiración lo que hacemos es bajar el “ruido” que nuestro cuerpo produce. Cortar la respiración implica “congelar” momentáneamente el cuerpo, lo que nos permite estar más atentos a los estímulos exteriores. Si disminuimos las sensaciones internas, las externas se hacen más claras. 

Esto casi todos lo hemos experimentado cuando, de repente, a medianoche, hemos oído algún ruido extraño en casa. Entonces, de repente, detenemos la respiración, detenemos el cuerpo y toda nuestra atención va hacia el exterior.

Respiración y emociones

Para el caso que nos ocupa, la ansiedad y su tratamiento en un contexto exploratorio o terapéutico donde lo que se pretende es que el paciente descubra que es lo que ÉL hace (recordemos que la ansiedad no es un virus que nos invade) para ponerse ansioso, si le pedimos al paciente que por un momento observe cómo se siente con el objetivo de obtener información de su mundo físico y emocional más allá de sus creencias o suposiciones, lo que normalmente hará es que, gracias a este mecanismo natural, automáticamente detendrá la respiración para poder “escucharse” mejor.

Esto producirá, como ya hemos dicho antes, una disminución de las sensaciones de su experiencia interna y, por tanto, una obstrucción en la obtención de la información que estas sensaciones nos podrían dar. 

Al respirar menos, congelará el cuerpo y toda información valiosa para el proceso de autoconocimiento que le permitiría saber COMO se pone ansioso.

Cortar la respiración sirve para identificar mejor los estímulos externos, pero no para escuchar estímulos internos.

Hasta aquí podemos extraer dos principios sobre la respiración y la sensación corporal:

  1. La respiración continua y sin interrupciones apoya la conciencia de las sensaciones corporales.
  2. Detener o disminuir la respiración disminuye las sensaciones físicas.

Para el paciente que viene a terapia o realiza algún tipo de actividad encaminada a saber COMO se genera su ansiedad y por tanto COMO puede dejar de sentirse ansioso, es necesario realizar algún tipo de entrenamiento en la respiración continuada para que pueda sostener un cierto grado de conciencia sobre su cuerpo que le permita observar que es lo que le pasa, tanto en el ámbito físico como en el ámbito emocional. Las sensaciones y las emociones serán unas grandes aliadas a la hora de poder encontrar maneras más óptimas de vivir la vida.

Reduce tus niveles de estrés con nuestro taller para gestionar la ansiedad ¡Inscríbete!

Artículos recientes

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad