Tenemos la capacidad de tener el corazón despierto; pero este se apaga naturalmente cuando entramos en trance, y no es culpa nuestra, simplemente sucede.
Aspirar a tener un corazón abierto, si lo practicamos, ya sea mediante el acompañamiento en sesiones de psicoterapia, de un psicólogo El Prat de Llobregat experto en Mindfulness, o mediante la práctica de la Disciplina del Movimiento Auténtico, nos ayudará a ser más conscientes de cuando entramos en trance, y a tener más energía para poder despertar del trance.
Debemos preocuparnos por ello. Y el trance, en sí, es como una bandera que dice: «Estoy juzgando”. Y entonces nos preguntamos: “¿Cómo puede servir esto al despertar de mi corazón? ¿Cómo puedo profundizar en la atención?».
Lo que descubren nuestros pacientes en nuestra consulta, es que una vez que reconocemos el sufrimiento del trance, eso nos ayuda a estar más alerta.
En otras palabras, cuando sentimos: «Hay distancia. Me siento solo. Esto sigue sucediendo una y otra vez en las relaciones. Algo está pasando», eso nos motiva a profundizar en nuestra atención.
Una vez, leí una historia que contaba una mujer que fue voluntaria trabajando en un hospicio. Describía a una mujer a la que se hizo cercana; era una mujer que tenía cáncer y no le quedaba mucho tiempo de vida. Tenía un gran tumor en la lengua, por lo que apenas podía hablar; pero le encantaba hablar, lo cual era difícil. Esta venía y simplemente estaban la una con la otra; la compañía era muy reconfortante.
Un día volvió; la mujer estaba sentada en el borde de su cama, vestida y a punto de irse a casa, y esto es lo que había pasado. Se trataba de una mujer que estaba a punto de morir. Y, pasadas unas noches, había tenido la peor pesadilla de su vida. Soñó que el personal del hospicio le había dicho que estaba a punto de morir. Se despertó a las 4 de la mañana, paralizada por el miedo, hablando con Dios: «No, no, por qué, no puedo, no es mi momento».
La inundaba un sentimiento de separación, no solo de Dios, sino de todos los que formaban parte de su vida, y en particular de su esposo. Entonces se inundó de todo el resentimiento que había estado cargando, que desde que criaron a sus hijos, él no estaba haciendo lo suficiente; que de alguna manera ella siempre estaba tratando de controlarlo para que fuera una persona diferente. Ella siempre había sentido que él no era quien debía ser. Esto fue lo que llegó en sus sueños: la sensación de separación.
Este era el sufrimiento del trance que ella está experimentando al final de su vida, y fue una motivación para profundizar en su atención, y sentir este anhelo de conectar. Ella dijo: «No es mi momento. Necesito hablar, y necesito hacerle saber que lo amo». Así que, en los siguientes dos días, el tumor se redujo, y ella tuvo tiempo suficiente para irse. Se fue a casa y pudo hablar con el corazón, y nombrar muchas de las cosas que le pasaban -sus propios miedos y vulnerabilidades, y el dolor que ahora experimentaba por haber creado ese tipo de distancia- y pedir perdón. Luego volvió al hospicio y pudo morir en paz.
Retener nuestro amor es el sufrimiento más profundo.
Eso es lo que ocurre cuando estamos en trance. Así que cuando empezamos a sentir ese sufrimiento, nos motivamos; y ese voto que comentábamos en el artículo anterior: «por favor, que estos patrones, sin importar dónde esté, me despierten», en realidad nos ahorra tiempo.
Podemos, en lugar de estar en ese trance durante décadas, empezar realmente a captar y profundizar nuestra atención mucho más rápidamente. No tenemos que esperar hasta el final de nuestra vida.
Así que comienza con esta aspiración, despertando el corazón despierto: Que todo lo que está sucediendo, sirva.
Aleix Boronat Monfort
Director y fundador de l’Espiral. Terapeuta Gestalt, Mentor en Mindfulness y Miembro adherente de la AETG. Formación en Psicoterapia Integrativa (programa SAT). Formado en técnicas psico-corporales (Yoga, Shiatsu y Movimiento, Bioenergética y Movimiento Auténtico).
