Contacto | Pedir cita

La disociación del cuerpo tiene graves consecuencias para ti y para tu entorno

Vivimos en una división mente-cuerpo por la cual, solo en términos de cómo estamos evolucionando, estamos pasando más y más tiempo en un reino virtual-mental; y hay un gran precio que pagar por esa desconexión. Un precio realmente grande por pagar: Y es más y más adicción, más y más violencia.

Cuando vivimos desconectados de nuestro cuerpo, también estamos desconectados de la empatía y la compasión; por lo tanto, hay más violencia.

Cuando un alumno de Mindfulness empieza un entrenamiento en Atención Plena Encarnada, o cuando a un paciente, ya sea acompañado por un psicólogo o Terapeuta Gestalt experto en Mindfulness, empieza a practicar Movimiento Auténtico dentro de las sesiones de terapia, o en cualquiera otra manera que se adentre en explorar su cuerpo, una de las primeras cosas a las que se enfrenta, es que estamos lejos de saber realmente cómo escuchar a nuestros cuerpos y cuidar de ellos.

Es por esta razón (entre muchas otras, claro) por lo que hay desórdenes alimenticios y trastornos del sueño y obesidad; y, por supuesto, también estamos lejos de saber cómo cuidar de nuestro cuerpo más grande, el cuerpo de la Tierra. Si realmente queremos responder a lo que está pasando con nuestra Tierra, tenemos que sentir nuestra pertenencia, que la Tierra es nuestro cuerpo, y preocuparnos lo suficiente como para responder.

Debemos plantarnos de nuevo en el universo

Hace relativamente poco se ha mejorado el modelado computarizado de la Antártida. Ahora está más claro que la capa de hielo, los casquetes glaciares, se están derritiendo a un ritmo mucho más rápido de lo que se pensaba. Lo que parecía que iba a llevar cientos de años, va a suceder a finales de siglo, lo que supone un aumento de entre 1,5 y 1,6 metros en el nivel del agua, que arrasa con las líneas de costa en la mayoría de las ciudades costeras. Y hemos escuchado este tipo de cosas muchas veces, por lo que esto solo se queda en un compartimiento en nuestro cerebro, pero nuestro cuerpo no lo siente. ¿Qué es lo que va a pasar si no sentimos? ¿si no sentimos en nuestros cuerpos que este cuerpo que nos sostiene, la Tierra, está en peligro?

En la década de 1900, D.H. Lawrence estaba escribiendo el libro “El amante de Lady Chatterley”, y en 1931 escribió algo que tenía una especie de urgencia. Él estaba en una sociedad que había sido devastada por la guerra, y el paisaje estaba simplemente estropeado por la industrialización. Esto es lo que escribió:

«Es una cuestión, prácticamente, de relación. Debemos volver a relacionarnos -en una relación vívida y nutritiva- con el cosmos y el universo. Porque la verdad es que estamos pereciendo por falta de satisfacción de nuestras mayores necesidades. Estamos aislados de las grandes fuentes de nuestro alimento interior y de nuestra renovación, fuentes que fluyen eternamente en el universo. Vitalmente, la raza humana está muriendo. Es como un gran árbol desarraigado con sus raíces en el aire. Debemos plantarnos de nuevo en el universo«.

Artículos recientes

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad