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Los tres pasos de la desidentificación

Nuestros pacientes, cuando inician un proceso de psicoterapia acompañados de un psicólogo El Prat De Llobregat, recorren un proceso de desidentificación, de apertura a la realidad.

Hay tres pasos.

  1. Uno es pasar de nuestros pensamientos a nuestro cuerpo. Sentir los sentimientos que están ahí.
  2. El siguiente paso es abrirse conscientemente a esa vulnerabilidad.
  3. El último es dejar entrar el amor, y expresar ese amor.

El primer paso, salir de los pensamientos y entrar en el cuerpo es lo que estamos entrenando en nuestra práctica de meditación, de Atención Plena Encarnada. Es realmente, el meollo del asunto. Comienza a despertarnos del trance.

Una vez que estamos sintiendo los sentimientos, si tenemos mucho trauma en nosotros, tiene que ir muy lento. La práctica de la Disciplina del Movimiento Auténtico cuida muchísimo esto.

A menudo, en los talleres que realizan, se dice: «Ábrete a lo que surja». Y la gente practica estos talleres con mucho terror y profundas, profundas, profundas e intensas emociones. Estas no son las instrucciones correctas.

Si hay trauma, tienes que amarte a ti mismo para liberarte y tienes que hacerlo de una manera muy tierna, no saltando desde un acantilado y abriéndote a todos los sentimientos a la vez.

Tiene que haber algo de recursos, algo de seguridad. Quizá trabajando con otra persona y haciéndolo más gradualmente. Como sucede en el Movimiento Auténtico, dónde el Testigo del que se mueve ejerce este apoyo amoroso.

El camino básico es (gradual o no gradual): Pensamientos al cuerpo y sentimientos; sentir los sentimientos; y luego abrirse al amor.

Una de mis descripciones favoritas de esto es a través de un cuento popular. Malidoma Some es un maravilloso sanador, chamán y maestro. Él cuenta un cuento popular irlandés sobre uno de los dioses-héroes. Y este dios-héroe había derrotado a tantos enemigos que Mars, que es la energía de la agresión, tomó el control. Así que cuando este dios-héroe regresaba a su pueblo, estaba lleno de esta energía destructiva. Y había una persona sabia en el pueblo que aconsejó a los habitantes sobre cómo manejarlo. Así que, de nuevo, de los pensamientos al cuerpo, pero él estaba poseído. ¿Cómo trabajas con esa posesión?

Su estrategia fue la siguiente: primero, mientras él bajaba por el camino hacia el pueblo, hicieron que las mujeres, las madres, se alinearan en las calles y mostraron sus pechos desnudos. Era erótico, pero también era la leche materna, para invocar, «oh sí, lo femenino». No todo se trata de la guerra. No todo es agresión. Luego lo metieron en agua helada. Se hace lo que se tiene que hacer. Y finalmente lo rodearon y contaron historias sobre regresar de la guerra, sobre sembrar cosechas para tiempos de abundancia. Se sentaron alrededor del fuego. Compartieron sus vidas, y, las vidas de sus hijos. Hubo baile. Hubo silencio en el bosque. Y, sobre todo, le recordaron el calor de pertenecer.

Así que, de este modo, hubo una transición de ese yo “traje espacial”, que está poseído por la ira, a relajarse y abrirse a algo más. Fue una forma creativa de recordarle el amor a través del pueblo y el encuentro. De reconectar con el corazón.

Hay tantas maneras. Cada uno de nosotros, en realidad, está en un proceso de descubrimiento: «¿Qué me ayuda a recordar el amor, cuando estoy atascado, cuando estoy aislado? ¿Qué es?» Y es la pregunta más importante que podemos hacernos. «¿Qué me ayuda a recordar el amor, la conexión o la pertenencia cuando me siento aislado?

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