Contacto | Pedir cita

Mapas mentales: Cuando confundimos el mapa con el territorio, sufrimos.

Diariamente escuchamos a nuestro alrededor personas que se dicen a sí mismas que no han hecho algo bien, que son malas, inútiles o tontas. Y también diariamente escuchamos insultos, amenazas, juicios sobre los demás. 

Cuando un paciente llega a terapia psicológica, es habitual que en su discurso se encuentre alguna de estas versiones o las dos. Sufren, y por eso acuden a nuestro centro de terapia en El Prat de Llobregat o nos piden sesiones online. Sufren porque están creyendo algo que no es cierto. Y no es su culpa que lo piensen. Está instaurado en lo más profundo de su psique, de su mundo emocional y hasta en su fisiología. En cuerpos moldeados por creencias que llevan años y años repitiéndose. Algo no es verdad, pero realmente está pasando por su mente y sintiendo en su cuerpo.

Cuando una creencia da forma a todo nuestro sentido del yo, es lo que Hildegarda de Bingen llamó «un mundo interpretado». Nos estos creyendo que el mapa que nosotros mismos dibujamos es el territorio. Cuando actuamos desde la creencia estamos viviendo en un mundo interpretado. 

En lugar de contactarnos directamente con nosotros, con lo que sentimos, vemos, olemos, notamos en este justo momento. En lugar de sentir directamente nuestro corazón y responder, en el momento presente, a la vida que nos rodea, estamos viviendo en un mapa. Un mapa interpretativo, un mapa que nos separa del territorio que pisamos, del territorio que somos. 

Hildegarda, compositora, filósofa, científica, naturalista, médica y mística del siglo XI, dice: «Un mundo interpretado no es un hogar». Si vivimos, si nos dejamos arrastrar, por nuestras creencias de “esto es bueno”, “esto es malo”, “eres mala”, “soy mala”, podemos estar seguros que estamos viviendo en un mundo interpretado. Un mundo que no es seguro, que no es amable, que no es compasivo, un mundo que no es es un buen hogar.

Es real, pero no es cierto

A medida que un paciente va adentrándose en el proceso terapéutico acompañado por un psicólogo o terapeuta Gestalt familiarizado con el Mindfulness, este empieza a ver la realidad en la que vive. Un aspecto de su experiencia que muchas percibe el paciente, y que es muy útil en su camino de apaciguar el sufrimiento, es una verdad que el maestro tibetano, Tsoknyi Rinpoche, ha resumido en una brillante frase: «Es real, pero no es cierto». 

Cuando tenemos una creencia que de alguna manera nos hace dividir entre “bueno” y “malo” o “soy mejor que” y “soy peor que”, esta es una creencia real. Estás realmente creyendo esto, son pensamientos reales. Toda una serie de mecanismos bioquímicos se ponen en movimiento en nuestro cerebro y nuestro cuerpo cuando pensamos este tipo de pensamientos. Son reales. Suceden.  Son reales, pero son una representación en nuestra mente; no es la verdadera realidad. No es la realidad real. Es un mapa, no el territorio. No es la experiencia de este momento presente, vivo, cambiante y en constante movimiento.

Real no es cierto

Una forma de considerarlo sería que ninguna creencia o pensamiento es la realidad en sí misma. Es un fragmento de lo que está sucediendo. Es una imagen en tu mente. Es representativo. De nuevo: el mapa no es el territorio. Los pensamientos no son la realidad.

Eso no significa que no necesitemos pensamientos. Que sea malo pensar. Pensar ha hecho que hayamos sobrevivido y, en muchos casos, además, de manera exitosa. Y si ahora tienes un móvil en la mano o estás leyendo esto en un ordenador, es que, de alguna manera, en cierto sentido, has tenido éxito en continuar vivo. Esta capacidad de representar la realidad y hacer que nos guíe es realmente útil. Pero saber que los pensamientos no son la realidad, que el mapa no es el territorio, nos ayuda a crear un hogar suficientemente bueno en este espacio cambiante que es el mundo. Nos ayuda a abrir un espacio más tierno en nuestro corazón. La sabiduría real surge cuando estamos directa e íntimamente comprometidos con el momento presente.

Necesitamos pensar, y necesitamos darnos cuenta de que nuestros pensamientos no son la realidad

Necesitamos pensar. Necesitamos estas representaciones. Necesitamos este mapa. Porque, a veces, el mapa que hemos construido nos lleva hacia más flexibilidad, más salud, más felicidad, más crecimiento personal y social. En nuestra mente hay pensamientos que son realmente buenos para crear una atmósfera para sanar el malestar. Pensamientos que son muy útiles. Y luego, en otros momentos, tenemos representaciones que son mapas realmente pobres. Que nos hacen vivir vidas mediocres. Alejadas de nuestro potencial de ser.

Algunos mapas desencadenan una sensación de separación del mundo, de nuestros seres queridos, de miedo y dolor emocional. Si podemos, aunque sea por un instante, recordar que el mapa no es el territorio, podemos tener alguna opción para decidir la cantidad de energía que queremos dedicar a esa creencia.

Hay pensamientos del tipo: «Cuando me enfado y critico a mi pareja, se pone a la defensiva y no puede escuchar lo que le digo». Este es un pensamiento útil. Seguramente es una buena representación de la realidad real; es un pensamiento útil que abre posibilidades hacia un encuentro más compasivo. Sigue siendo un pensamiento, una imagen, un fragmento de realidad. Pero es útil. 

Y hay otros pensamientos del tipo: “Cuando me enfado y crítico soy una mala persona, está claro que nunca cambiaré y mi pareja nunca me va a querer”. ¿Ayuda a tender puentes hacia la compasión y el entendimiento pensar así? 

En nuestra vida algunas representaciones son representaciones confiables, nos ayudan a avanzar; pero no son reales, siguen siendo sólo una noción de la realidad.

Hay momentos en los que podemos pensar que nada importa o nada tiene sentido. Si vivimos atrapados en el sufrimiento es fácil llegar a pensar que la vida no vale la pena ser vivida. De nuevo una creencia. Podemos seguir creyendo en eso. O nos podemos dar el tiempo necesario para empezar a contactar con la realidad presente de nuestro cuerpo, de nuestra respiración, del movimiento incesante de la vida y ver. Ver que hay más allá de nuestras creencias y pensamientos. Expandir nuestro mapa. Acercarnos un poquito más a la experiencia del presente.

Artículos recientes

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad