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¿Qué interrelación hay entre las dificultades físicas y las emocionales?

Cuando alguien acude a terapia, básicamente lo que hace el psicólogo o Terapeuta Gestalt es escuchar al paciente y ofrecerle un espacio de calma y seguridad desde dónde poder explorar las vivencias de este. A menudo esta escucha atenta y sin juicio es suficiente para que el paciente, por sí solo, encuentre respuestas a sus preguntas o problemas. Pero otras veces, el psicólogo o Terapeuta Gestalt experto en Mindfulness puede también explicar algo de teoría o explicar algún contexto que ayuda al paciente que acude a psicoterapia en su proceso de autodescubrimiento.

Una de las preguntas que realizó un alumno que participó en los cursos de Mindfulness que ofrecemos en nuestro centro de El Prat de Llobregat y que viene al caso de los últimos artículos que estamos compartiendo sobre la psicoterapia y el Mindfulness, era si había diferencias entre practicar una Atención Plena Encarnada para aliviar el sufrimiento del dolor físico, en comparación con el sufrimiento del dolor emocional.

El sufrimiento que produce el dolor físico es emocional.

Las sensaciones cuando hay dolor físico, en sí, son realmente desagradables, pero es cuando añadimos el miedo a lo que va a pasar, o la vergüenza de sentir nuestra propia vulnerabilidad, cuando se convierten en un verdadero sufrimiento. Así que, en cierto modo, cuando llevamos una atención plena encarnada a lo físico, empezamos a incluir la actitud y a llevar nuestra presencia a eso.

Las sensaciones físicas del dolor, en sí, son extremadamente desagradables, pero eso es todo.

Este es un reconocimiento realmente importante que hacen los que practican, por ejemplo, el Movimiento Auténtico o el Yoga Sensible al Trauma .

Si te alejas de la presencia en el cuerpo y con lo que te vas es que, cuando hay malestar físico te preguntas: «¿cómo me estoy relacionando con esto? ¿Cuál es mi actitud?», eso te dará otra dimensión de atención y presencia, que te dará más flexibilidad para trabajar con lo que está ahí.

¿Y cuando el dolor físico no es físico, sino algún tipo de pérdida?.

De nuevo, estás practicando Mindfulness en la emoción. Y cuando llevas la atención plena a la emoción, estás prestando mucha atención a las sensaciones. Cada vez que trabajas con Atención Plena, con la investigación, aunque suene como si investigar fuera una palabra mental, en realidad, estás investigando cómo, lo que se experimenta, está sucediendo en el cuerpo.

Cuando la principal dificultad es mantener la calma

Otra pregunta que realizó un paciente de psicoterapia en una sesión OnLine acompañado por un psicólogo experto en Mindfulness de nuestro centro fue que su principal dificultad era mantener la calma. Cada vez que empezaba a practicar las técnicas de Mindfulness que el psicólogo le había enseñado las ideas le “empezaban a atacarle”. Se preguntaba: “¿Qué puedo hacer con esa lucha?»

Y este es un gran reto que todos afrontamos cuando estar presentes en el cuerpo: que nos encontramos con el cerebro parlante.

Esa es una de las primeras capas del entrenamiento en Mindfulness que aprenden los que acuden a alguno de nuestros talleres de Mindfulness. Una cuestión a la que todos tenemos que volver una y otra vez, que es: tenemos una enorme, enorme práctica de estar en nuestra mente.

Muchos, muchos momentos mentales de pensamiento recurrente.

Así que una y otra vez: es paciencia. Ser realmente paciente. Simplemente decir: «Oh, estoy hablando otra vez».

Si estás en guerra con tus pensamientos, estarás en guerra el resto de tu vida, porque la mente segrega pensamientos como el cuerpo segrega enzimas. Simplemente… ¡pensamos!

Así que hace falta paciencia; y tener en mente la intención de decir: «Muchas gracias, pensamientos», y volver a nuestro cuerpo. Cuantas más veces lo hagamos, más se creará una especie de inclinación a estar más encarnado. Se puede confiar: cada vez que se regrese de los pensamientos sin hacer un juicio, solo regresamos con interés y amabilidad, ya que, en realidad estamos creando un nuevo hábito en nuestro cuerpo, corazón y mente.

Queremos sentir lo que nos pasa, pero también queremos seguir adelante

Otra duda con la que se encuentra el paciente que acude a nuestra consulta en El Prat o bien hace las sesiones OnLine es que quiere sentir lo que le pasa, observarlo, aprender de ello, pero a veces la vida va tan de prisa que no tenemos tiempo para sentirlo y dejarlo ir y hacer todo ese tipo de cosas.

Se pregunta: “Muy bien, hay muchos tipos de desengaños en la vida, y así son las cosas. Así que escribo, pinto, me voy al baile con las amigas… ¿qué se supone que tengo que hacer con el dolor de los desengaños si no?”

Queremos sentirlo, aprender de ello, crecer; pero también tenemos que seguir adelante, ¿verdad? Porque tenemos responsabilidades en la vida, y tenemos que disfrutar de nuestra vida, así que queremos dejarlo ir y seguir adelante.

Pero no tenemos tiempo para sentirlo y dejarlo ir y hacer todo ese tipo de cosas, porque la vida va demasiado deprisa. Así que, a cierto nivel, tenemos que jugar a: ‘Voy a ser insensible a esto’ y ‘Vale, tengo un poco de tiempo para sentir esto’, ¡y siento que no es posible!».

Para diferentes personas, significa cosas diferentes el decir: «Necesito seguir con mi vida» o «Necesito estar con esto, pero me siento insensible». Para algunas personas, el entumecimiento es realmente un mecanismo protector muy antiguo porque, en su momento, fue demasiado y todavía existe el miedo de que sea demasiado. Para otros, es temporal y en realidad es muy útil hacer otras cosas; nos amplía, nos da más resiliencia, perspectiva, y luego podemos volver. Así que es algo individual, depende del momento. El psicólogo o Terapeuta Gestalt te ayudará a descubrirlo.

Para mí, la pauta más útil es empezar justo donde estoy en ese momento. Así que, si en este momento hay entumecimiento, miro de llevar a eso interés y cuidado. Eso se convierte en el portal.

Si, dondequiera que estés, aportas una cualidad de respeto, curiosidad y presencia, en lugar de tratar de averiguar: «¿Debería estar aquí? ¿Debería estar haciendo otra cosa?» Deja que eso sea lo que te guíe. Empieza de cero, justo donde estás.

Para algunos, la música es su forma de desconexión. Su refugio.

Cada uno de nosotros tiene estrategias de desconexión

Esto es para todos nosotros. Todo el mundo se crea falsos refugios. Tenemos nuestros estilos particulares; algunos de nosotros simplemente nos perdemos completamente en un juego en línea o simplemente navegamos por la web, otros van a algún pensamiento obsesivo o planificación, o fantasía o lo que sea, y otros utilizarán los alimentos, o lo que sea.

Es muy útil, cuando estás en un espacio de aceptación, apertura y curiosidad, el sentir: «Bien, estos son los signos del trance, de la desconexión, para mí». Y empezar cada día con la intención de notarlo.

Puedes incluso nombrarlo. Di, «esto es un trance ahora mismo. Esto es una señal de trance».

Eso podría ser todo lo que hagas durante unos meses mientras practicas Mindfulness en las sesiones con tu psicólogo El Prat de Llobregat. No intentar salir de él, no intentar manejar nada, solo con interés, se capaz de decir, «Estoy en trance ahora». Y, por supuesto, ese es el comienzo de no estar en trance.

Entonces lo que ocurre es que, cuando has dicho: «Estoy en trance», surge una especie de anhelo de estar un poco más, aquí. Ahí es donde empiezas a invitarte a ti mismo a volver a relajarte. No te estás forzando a llegar a algún sitio, más bien te estás relajando, abriendo tus sentidos, estás comprobando, «¿qué estoy escuchando realmente ahora mismo? ¿Qué está pasando ahora mismo en mi corazón?». Así empiezas a intimar más con el momento.

Tenemos sensaciones desagradables y emociones desagradables. Estamos habituados a entrar en trance, y es contrario a nuestro condicionamiento decidir volver. Y, sin embargo, en cada uno de nosotros hay algo de sabiduría profunda que sabe que no encontraremos la libertad, el amor y la realización espiritual que anhelamos si mantenemos el hábito de salir en trance, en desconectarnos. En cierto modo lo sabemos.

Así que hazlo con paciencia, humor y dulzura; y puedes confiar en que, si tu aspiración es despertar del trance, ya estás despertando.

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