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Consolidar el apoyo interno, una fase clave en el proceso psicoterapéutico.

Un proceso terapéutico tiene ciertas similitudes con el proceso de desarrollo humano.

El camino emprendido a la hora de hacer terapia hará que el paciente que se compromete consigo mismo y con su crecimiento personal, pase también por una serie de etapas (puedes saber de ellas en la página principal de l’Espiral) donde tendrá la oportunidad de ir reestructurando lo que se creó

Como psicólogos y Terapeutas Gestalt sabemos que, al igual que en cada etapa del desarrollo lo que se atenderá en el niño va cambiando, también durante el proceso terapéutico será necesario que el foco de las intervenciones por parte del terapeuta cambien dependiendo de la etapa en que se encuentre.

A medida que el paciente avanza en el proceso terapéutico irá generando nuevos recursos que le ayudarán a restablecer la capacidad que tiene para gestionar de manera armónica los retos que la vida le presenta y que, por la razón que sea, no pudo desarrollar y poner en juego en el pasado.

El tiempo necesario para que esto suceda dependerá de cada paciente. Si este ha sufrido mucho en su vida y no ha tenido el apoyo necesario para curar las heridas que sufrió, el tiempo de terapia será más largo. Si el paciente llega a terapia con bastantes recursos internos y un soporte externo que pueda acoger y satisfacer sus necesidades, el proceso de sanación será más corto.

Para los psicólogos y terapeutas gestalt que atendemos en nuestros despachos de El Prat de Llobregat, hecho de que el paciente muestre una serie de características será un indicador de que la primera fase en el proceso de sanación, la Fase de Apoyo, está consolidada y que el paciente se encuentra ahora en una situación muy diferente de cuando llegó a terapia.

A lo largo de esta fase, el paciente habrá aprendido a co-crear un espacio de confianza y seguridad con el psicoterapeuta. Será consciente de qué manera puede generarse el apoyo que necesita en su vida así como del grado de responsabilidad que tiene en la obtención de este apoyo.

Consolidar Apoyo Inteno

Dispondrá y sabrá poner en juego una serie de recursos básicos que le permitirán sentirse arraigado en el presente así como habrá generado un espacio de seguridad y confianza desde donde poder regular los niveles de estimulación y excitación de sus vivencias.

Habrá incorporado o comenzado a reestructurar la idea de quién es él, y seguramente sentirá una cierta tranquilidad y entereza en saber cómo genera y pone en juego ciertos comportamientos, estados emocionales o fantasías y creencias. Así como se habrá sentido validado y respetado y, en cierta medida, él también respetará y validará sus experiencias y sentimientos. Y aunque tal vez aún no le gusta cómo actúa, piensa o siente, como mínimo comenzará a reconocer y entender cómo es que piensa, siente y actúa como lo hace.

Y habrá empezado a generarse un entorno social que pueda acoger y respetar sus necesidades. Discriminando quién puede y quién no puede acompañarlo en su proceso de desarrollo y sanación.

En consolidar el Apoyo, el paciente estará menos anclado en el pasado y se puede dar la situación que considere que no es necesario profundizar más en sus experiencias, vivencias o patrones de relación. 

Para los psicólogos y terapeutas Gestalt que estamos adscritos a la psicología humanista, la terapia es un espacio creativo, de recursos y condiciones cambiantes, donde la posibilidad de sanar, al igual que la tragedia, puede suceder en el momento más inesperado.

Así pues, aunque se pueda tener una cierta teoría de los pasos que un paciente puede dar en su proceso de sanación, la confianza que la Terapia Gestalt da a los procesos de autorregulación hace que el psicólogo o el terapeuta Gestalt pueda legitimar y apoyar que el paciente se tome una pausa o abandone la terapia aunque la “teoría” diga que aún es necesario un cierto camino por recorrer.

Que el paciente haya conseguido aprender a co-crear apoyo, y el hecho de aprender a gestionar, y responsabilizarse, de la intensidad y el tempo que quiere dar a su vida, se pueden considerar reapropiaciones de unas «Funciones del yo» que ninguna teoría, ni las posibles necesidades narcisistas del terapeuta, tienen el derecho a quitarle, obligando al paciente a ir más allá de lo que está dispuesto a ir. Parafraseando una célebre frase gestáltica: no hace falta empujar el río, fluye solo.

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