En cualquier momento en el que juzgamos lo que está ocurriendo, en el que no hay una presencia que permite, es un momento en el que no estamos en casa, no estamos realmente presentes. No hay libertad interior.
Cuando esto ocurre, el psicólogo puede proponer al paciente una meditación que podríamos llamar «meditación del sí«.
Proponemos que, a cualquier cosa que surja, cualquier pensamiento, cualquier sentimiento, cualquier sensación, decir un “sí” en un susurro mental muy tranquilo.
Al principio puede parecer un poco mecánico y tedioso, “sí, a estas sensaciones de dolor” o “sí, a este apretón en mi pecho” o “sí, a estos pensamientos que están pasando”.
Lo que cuentan los pacientes es que, con el tiempo, se convierte en una especie de mantra. Y que, poco a poco, se crea mucho espacio. De que, independientemente de las olas que surgieran, existe una amplitud, que sí crea espacio.
Lo que descubren los alumnos de nuestros talleres de Mindfulness y practican esto, es que esta cualidad de reconocer y permitir nuestra experiencia es en sí misma una vuelta a casa.
Volvemos a casa, a un espacio de conciencia que realmente tiene espacio para vivir y morir.
Explicaré ahora la historia de una mujer que había acudido a un retiro de Mindfulness porque su pareja se estaba muriendo y habían acordado que fuera ella quien le acompañara. Él no quería a nadie más que ella a su lado. Quería que ella le apoyara de verdad y le guiara en su paso al “más allá” (eran muy católicos).
Esta mujer tenía un tipo de personalidad con esta sensación de “me voy a quedar corta, no puedo hacerlo bien, soy una inútil en todo”, y esto es lo más importante de la historia “y lo voy a echar a perder”.
Así que preguntó al psicólogo en El Prat experto en Mindfulness, “¿cómo puedo formarme para estar con alguien que se está muriendo?”, ¿qué debo leer o qué debo hacer?”.
El psicólogo le respondió de una manera bastante simple, diciendo que no se molestara en leer nada, que “realmente lo único que hay que hacer, que es lo que hay de verdad en ti, es simplemente amarle, simplemente ofrecer tu presencia amorosa”.
Y el psicólogo le ayudó a explorar cómo podía llegar en presencia natural ante lo que estaba ocurriendo. Ante el enorme dolor, las dudas y los miedos.
Para ella, al igual que hemos estado explorando aquí, era hacer una pausa una y otra vez y preguntarse: “¿qué está pasando y puedo dejar ser?”
Pero en el retiro de Mindfulness, se refinó esto de “dejar ser” de una forma que a ella le resultó muy útil.
Una manera de decir “sí”, es la palabra “consiento”.
Así que lo que hacía era sentir lo que se avecinaba, la profundidad de su pena o su inseguridad sobre hacerlo bien y susurraba “consiento”.
Varias semanas después, esto fue tras la muerte de su pareja, esta mujer describió lo que se le reveló. Dijo que sobre todo había pensado que no sabía cómo estar con él y que cada vez que hacía una pausa, y realmente permitía que lo que estaba sucediendo, fuera lo que fuera, sabía exactamente cómo responderle. Sabía cómo ofrecer palabras susurradas de aliento, caricias cariñosas, cantar suavemente. Y dijo que, cuando pudo soltar la idea de que algo andaba mal, pudo abrirse a la plenitud de su espíritu, su espíritu, y como ella dijo, “ya no había un sentido de él o yo. Más bien éramos un campo de amor, de apertura total, de calor, de luz. Él se ha ido, pero ese campo vivo de amor está siempre conmigo”.
Este es el don de llegar en presencia natural: Revela la unidad, el espíritu y la belleza que viven en cada uno de nosotros.
¿Y qué hizo esta mujer? Simplemente hacer una pausa. Observar lo que está pasando. Y decir “sí”, “doy mi consentimiento”. Un profundo sí a la vida que está aquí.
Así que en el siguiente artículo te propondré practicar para cultivar esa cualidad de “decir sí”.
El fundamento mismo de la presencia natural es reconocer y permitir.
Habitamos esa presencia cuando podemos dejar ir nuestra resistencia habitual a lo que está sucediendo y realmente inclinarnos ante la vida que está aquí mismo.
Aleix Boronat Monfort
Director y fundador de l’Espiral. Terapeuta Gestalt, Mentor en Mindfulness y Miembro adherente de la AETG. Formación en Psicoterapia Integrativa (programa SAT). Formado en técnicas psico-corporales (Yoga, Shiatsu y Movimiento, Bioenergética y Movimiento Auténtico).
